domingo, 25 de octubre de 2020

COMENTARIO CRÍTICO. TEXTOS ARGUMENTATIVOS RADIOFÓNICOS

En esta entrada se os presenta un texto argumentativo con el correspondiente audio de la autora, la periodista y directora del programa radiofónico HOY POR HOY de la Cadena SER, Àngels Barceló.

  1. Se os propone escucharlo atentamente para trabajar después el texto aplicando las técnicas de subrayado, resumen y esquema.
  2. Y una vez que ya tengáis claras su tesis y argumentaciones, lanzaos a redactar un comentario crítico a partir de la postura manifestada por la autora. Pero antes, es preciso definir vuestra propia tesis y esbozar la argumentación que la sostenga.
  3. Será muy conveniente que busquéis otros textos informativos o de opinión que traten el asunto de fondo. Acudir a fuentes diferentes os facilitará, por un lado, profundizar en la materia en cuestión y, por el otro, crear vuestro propio criterio.
  4. Para este caso, os muestro otros dos discursos alternativos referidos a la cuestión que se debate desde líneas ideológicas bien distintas.

Enlace al podcast de la SER

Nunca es tarde para rectificar

El panorama político español dio ayer un giro inesperado con la intervención de Pablo Casado en el debate de la moción de censura presentada por Vox. El líder del PP entró en el Congreso siendo el que más tenía que perder y salió siendo el que más había ganado. A la ultraderecha la moción se le volvió en contra; al Gobierno prácticamente ni le rozó y para el PP supone, al menos en la intención, dejar aparcado el remolque de la ultraderecha.

Porque el de Pablo Casado no fue un discurso para salir del paso, no fue un "no" a secas a Vox, fue toda una declaración de intenciones, que retorna a los populares a la senda de una derecha moderada y europea.

Es verdad que sigue dependiendo del PP en el gobierno de algunas autonomías y ayuntamientos. Es verdad que a un sector de su partido se le ha hecho bola este cambio de postura, el canal de YouTube de Cayetana Álvarez de Toledo está que arde, pero es verdad también que la intervención de Casado parecía romper el corsé en el llevaba metido todo este tiempo.

Ahora lo que toca es actuar como esa derecha moderada que vimos en la tribuna de oradores, porque nunca es tarde para rectificar, nunca es tarde para el diálogo, nunca es tarde para la negociación, nunca es tarde para llegar acuerdos porque, en definitiva, nunca es tarde para encontrar la fórmula para sacar al país de la profunda crisis en la que está sumido.

Llevamos mucho tiempo reclamando al principal partido de la oposición que se aleje del radicalismo y el extremismo de Vox y ayer dio este paso. Que nadie actúe ahora como si lo de ayer de Casado no hubiera pasado. Pasó y, a partir de ahora, solo los hechos avalarán o no el giro.

Y para destacar también la soledad de la ultraderecha en España, por fin, Santiago Abascal dio ayer la peor de sus imágenes, si es que esto es -era- posible. Salió del Congreso en shock y vapuleado y esta es la mejor de las noticias. Vamos a dar tiempo al tiempo y esperar que todo se recoloque, que este país lo necesita. […]

Àngels Barceló, Hoy por Hoy (Cadena Ser), 23 de octubre de 2020. (Adaptación)

 Otras fuentes que tratan a su modo la cuestión de fondo:

El obstruccionismo que a nada conduce y a nadie beneficia

No sé si es porque los paralelismos en las recetas contra el virus que vemos se aplican en Francia, Bélgica, Italia han dejado en ridículo ciertos excesos críticos en nuestro país o porque Pablo Casado ha decidido bajar el gas, el hecho es que ayer creí ver que las discrepancias, muy serias, se cruzaban, sin embargo, en el terreno de los hechos y no en los juicios de pérfidas intenciones. Creí ver o quise creer. Tal vez pensé, después de mucho griterío, hemos aprendido todos que al COVID solo se puede combatir en serio con confinamientos radicales. Y como eso no lo vamos a hacer para salvar la economía, pues hemos comprendido que todas las soluciones son parches, las de unos y las de otros.

Todas son parciales, todas insatisfactorias y todas discutibles. Lógico si, que susciten peleas serias y conflictos de intereses que hagan saltar chispas. Pero seguramente carece de sentido cargarlas con términos de argumentos incendiarios como los que la derecha lleva utilizando desde el principio de la crisis: "arresto domiciliario", "dictadura bolchevique", deseos de arruinar a los adversarios o que por lo menos estas barbaridades quedarían recluidas en los círculos del irredentismo mediático.

Eso es lo que creí ver o quise creer. En este sentido, saludé el nuevo aire que parecía traer el presidente del PP y que ojalá confirme, pero no porque suspiré por la vuelta del bipartidismo, como alguien ha dicho. La complejidad del Congreso me parece el reflejo de la realidad española y de la voluntad de sus ciudadanos, complejidad que nunca me ha parecido un defecto de esta sociedad, sino, por el contrario, su rasgo más noble y definitorio.

Más vale que Casado lo acepte, reconozca que hoy por hoy no puede oponer alternativa y acabe de una vez con un obstruccionismo que a nada conduce y a nadie beneficia. Creí ver, porque quise creer, que los dos partidos principales, en su condición de líderes de los dos grandes bloques ideológicos y a la vista del dramatismo de la situación y de lo que se avecina, habían decidido entrar en un tiempo de rivalidad regida por el Código de la Inteligencia Aplicada, que dice "tengamos todos los problemas que tengamos que tener. Pero ni uno más. Evitemos todos los problemas que podamos evitar y ni uno menos". 

Iñaki Gabilondo, Hoy por hoy (Cadena SER), 27 de actubre de 2020.