Candela ha redactado este estupendo texto expositivo como trabajo de clase y tomando por referencia el texto atribuido a Pérez Reverte sobre la riqueza lingüística del castellano para aludir al aparato genital masculino.
¿Pero hay en él una tesis argumentativa personal de la autora o es meramente de tipo expositivo?
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La palabra con más sinónimos
por Candela Vidal Blanco, de 1º de Bachillerato A
Una de las palabras con más sinónimos en el
lenguaje castellano, que hace referencia a la mujer que mantiene relaciones
sexuales a cambio de dinero, es prostituta,
o más comúnmente, puta. Se trata de
un ejemplo de la riqueza lingüística en esta lengua y denota el machismo que
todavía está presente en la sociedad, pues muchas veces se utiliza como
insulto, y no solo hacia las mujeres que ejercen esta profesión.
El término más digno que se emplea para
denominar a estas mujeres es “trabajadora sexual”, pero tienen infinidad de
nombres más que son altamente despectivos y que son utilizados incluso por los
hombres que disfrutan de sus servicios, como es el caso de “cualquiera” y “mujerzuela”.
También son conocidas como “rameras”, pues
hubo un tiempo en el que colocaban un ramo de flores en el balcón o la entrada
de su vivienda para ser localizadas por sus clientes.
“Furcia”,
“fulana”, “meretriz”, “hetaira”, “cortesana” y “mujer de la mala vida” son
otros apodos que se les imponen. También son llamadas peyorativamente “perras”,
considerando que son como la hembra del perro cuando entra en celo y es seguida
por varios machos que esperan copular con ella. El caso de “zorra” y “pécora”
(proviene de pecus, que en latín
significa “res”) es similar, ya que la característica más identificativa que
poseen es la astucia, de la cual se sirven para atraer a los machos.
Por “culpa de” Mesalina, esposa del emperador
romano Claudio, quien era conocida ser muy poderosa y tener costumbres
disolutas, también se les atribuye ese nombre.
“Suripanta” (mujer ruin y despreciable), “barragana”
(mujer que vive con un hombre sin estar casada con él), “coima”, “pelandusca”, “trotacalles”,
“buscona”, “mujer pública”, “perdida”, “mantenida”, “lagartona” y muchos más
son nombres que se les adjudican a estas mujeres “de vida alegre” que, a veces,
la tienen muy difícil.