martes, 26 de septiembre de 2017

ARTÍCULOS DE OPINIÓN SOBRE EL REFERÉNDUM DE CATALUÑA




ENLACE A LA PÁGINA DE LA EMISORA

Ellos somos nosotros

A ver si, con un poco de suerte, el Gobierno de España entiende que su portavoz en la crisis de Cataluña no puede ser el fiscal general del Estado

"Que se tilde de fascistas mis declaraciones es o desconocer lo que es el fascismo o realmente buscar un insulto a una persona como se puede buscar a un árbitro de fútbol cuando pita algo que no nos gusta y nos acordamos de su madre sin que aquella señora haya tenido algo que ver con el oficio que se le supone". Es Joan Manuel Serrat explicando una obviedad (nos ha llegado con mal sonido y por eso se lo cuento yo). Dice que tildar de fascista una opinión contraria es desconocer lo que es el fascismo. Aquí estamos: con Serrat defendiéndose por haberse atrevido a cuestionar las garantías del 1 de octubre. Zanjó el tema diciendo que su interés es “no ahondar en la brecha, en la fractura social que se está produciendo".
Y este debería ser el mayor interés de todos, pero más de los que más responsabilidad tienen. Tenemos que negarnos a alimentar y consentir el clima de enfrentamiento. Pone los pelos de punta la obcecación visionaria de Puigdemont empeñado en llevar a Cataluña a un callejón sin salida al margen de la legalidad constitucional, pero también ponen los pelos de punta aquellos que aplauden al grito de “A por ellos” a los policías y guardias civiles que con sueldos bien modestos son enviados a cumplir con su trabajo. Cuando cantan a “por ellos Oe”, ¿a quiénes se refieren? ¿Quiénes son ellos? Ellos somos nosotros, todos nosotros. De esta escalada salimos perdiendo todos.
Después del día 1, habrá un día 2 y un 3. Estamos en una democracia, hemos votado a unos políticos para que lideren nuestra vida pública. A ellos hay que exigir que resuelvan la situación.
A ver si de paso, y con un poco de suerte, el Gobierno de España entiende que su portavoz en esta crisis no puede ser el fiscal general del Estado. Y al fiscal hay que exigirle que actúe si la ley lo ampara y las circunstancias lo aconsejan, pero que deje de amenazar y de enturbiar más el ambiente